Primeros meses de estudio sobre pesca de camarón muestran errores, deficiencias y riesgos

Costa Rica. Con el objetivo de identificar áreas de pesca y caladeros, duración de los lances y número de lances mínimos necesarios, el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) realizó cambios en la ejecución del estudio para la pesca de camarón, mediante el establecimiento de una “fase piloto de pre-muestreo” para los primeros tres meses, entre abril y junio.

Sin embargo, la aprobación de este cambio, así como la de otros ajustes sustanciales en la metodología, no consta en acuerdos de la Junta Directiva. Los resultados esperados de esta primera fase, y por los cuales se ajustó la metodología inicialmente aprobada, tampoco constan en el informe de la investigación que Incopesca presentó a su Junta Directiva, pese a que dicho informe pretendía reportar la ejecución de ese período de pre-muestreo.

El informe de avance, presentado a la Junta Directiva del Incopesca el pasado 15 de agosto, también omite reportar los señalamientos realizados por los observadores a bordo designados durante esos primeros tres meses de la investigación, los cuales se refieren a errores graves que invalidan los datos de desembarcos reportados y, por ende, los cálculos sobre la fauna de acompañamiento aportados en el informe.

Entre las consideraciones identificadas por los observadores, rol que durante dichos meses estuvo a cargo de los propios funcionarios de Incopesca, destacan los cuestionamiento sobre la desobediencia de los capitanes y tripulación de las embarcaciones de acatar los lineamientos, por ejemplo, se indica que “el capitán ha manifestado que él solo sigue indicaciones del armador y no del INCOPESCA y que su prioridad es producir” o que “los tripulantes no acatan la obligación de mantener toda la fauna de acompañamiento a bordo el tiempo suficiente para anotar el valor del peso del producto”.

También se ha dado, de manera reiterativa, la práctica de “flotar” el pescado antes de subir la red a cubierta. Esto implica la salida de los organismos, de manera que son pesos que no se logran cuantificar. Adicional, se ha reportado que el equipo utilizado a bordo no es adecuado, tal es el caso de los tipos de balanza que se utilizan, sobre las cuales el observador a bordo o funcionario de Incopesca menciona “se recomienda tener claridad de que en todos los casos la balanza utilizada tiene un error alto”.

“Incopesca sigue faltando a su deber de diligencia. Estas y otras inconsistencias que siguen bajo análisis de Fundación MarViva sugieren que los objetivos de la investigación, que ya es deficiente desde su planteamiento inicial, no se están cumpliendo. Los pocos datos brindados evidencian que las capturas reportadas en el informe no guardan relación con la realidad de lo que pasa en las faenas de pesca”, manifestó Katherine Arroyo, gerente de incidencia política de MarViva.

En cuanto a las condiciones de trabajo y seguridad, los observadores han reportado incidentes que atentan contra su seguridad e integridad, desde incendios a bordo hasta situaciones insalubres. Por ejemplo, en el folio 819 del expediente administrativo, consta la siguiente recomendación por parte de uno de los observadores a bordo en su informe: “Tener un lugar adecuado para nuestras necesidades íntimas….. Aportar agua embotellada y medicamentos de parte de la institución o bien un botiquín de primeros auxilios.”   En el folio 792 consta que un observador a bordo indica que… “El trabajo continuo sin descanso día y noche no es adecuado para trabajar en la investigación, esto puede afectar la salud e integridad del observador abordo y también afectar el desempeño del trabajo (muestreo) a realizar por este, también la tripulación se ve agotada y esto puede ocasionar incidentes entre personas a bordo por estados de ánimo o más grave un accidente en maniobras con lesiones graves o muerte incluso …”

“Al revisar la documentación que consta en el expediente administrativo, se constata que el Incopesca ha fallado en asegurar el cumplimiento de los lineamientos de la investigación y las normas básicas laborales. Su autoridad no es respetada por la tripulación de las embarcaciones, y los observadores a bordo no han sido capaces de ejecutar sus funciones de manera adecuada”, agregó Arroyo.

La actual fase de la investigación, lejos de mejorar la situación, la ha empeorado pues involucra otro perfil de observadores a bordo: personas sin ninguna experiencia pesquera, subcontratadas a través de la Empresa de Servicios de Mantenimiento y Seguridad, SEMANS, S.A., para los cuales el único requisito pertinente exigido es contar con educación media completa.

“Lejos de resolver las deficiencias de rigurosidad científica observadas en “la fase piloto de pre-muestreo” la actual fase ha bajado aún más los estándares científicos de la investigación. Millones y millones de colones de los fondos públicos se están usando en un “estudio” que está trayendo destrucción a los ecosistemas marinos y no generará información científicamente válida o concluyente”, explicó la gerente de incidencia política.

Detenidos barcos invitados a estudio por arrastrar en aguas protegidas

El pasado mes de agosto, tres embarcaciones que participaban en el estudio sobre pesca de arrastre fueron detenidas por lanzar sus redes en aguas de áreas protegidas. El decomiso de las embarcaciones fue realizado por el Servicio Nacional de Guardacostas, tras tener noticia de los incidentes por el propio Incopesca.

“Incopesca enfatiza que gracias a un control agresivo es que se enteraron de que estas embarcaciones ingresaron a una zona prohibida a faenar, cuando lo que necesitamos no son “controles agresivos” sino oportunos que permitan prevenir este tipo de situaciones y tutelar, de manera efectiva, la gestión de nuestros mares”. ¿Por qué Incopesca no fue capaz de prevenir que tres de las embarcaciones que participan en su estudio no acataran los lineamientos sobre las áreas permitidas de pesca? ¿Por qué los observadores a bordo de esas embarcaciones no actuaron oportunamente para prevenir estos hechos?, enfatizó Arroyo.

Según Arroyo, dada la importancia que reviste este estudio para el país y los millonarios fondos públicos invertidos, era esperable observar una mayor rigurosidad científica en la realización de esta investigación que lamentablemente no sucedió.

Fotografía: Luciano Capelli